lunes, 4 de septiembre de 2017

¿Por qué la Iglesia no vende sus riquezas para alimentar a los pobres?


"¿Por qué la Iglesia no vende sus riquezas para alimentar a los pobres?

Ésta pregunta requiere otra: ¿A que riquezas se refieren? Es cierto el Vaticano tiene un impresionante esplendor artístico. El Vaticano tiene un famoso museo. Pero este no es propiedad del Papa. Mas bien la Iglesia tiene la carga de custodiarlo como PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD. Millones lo visitan cada año y a nadie se le pregunta sobre su fe.  

La Basílica de San Pedro y las otras basílicas son igualmente patrimonio de la humanidad. En ellas entra todo el mundo gratis. Pero la Iglesia tiene el costo de cuidarlas.                                                                      
1. El cuestionamiento.

Con el asunto de las riquezas de la Iglesia, no es claro qué es lo que se cuestiona o critica. Lo primero que se observa al analizar la cuestión es la falta de datos y acusaciones concretas. Estamos frente a un cuestionamiento difuso, nada claro, sin datos. Porque nunca es claro a qué riquezas se refiere, qué es lo malo de esas riquezas hipotéticas, quiénes son los culpables (porque los pobres también son parte de la Iglesia), y exactamente cuál es la culpa, qué es lo que se espera que la Iglesia debería hacer, etc.

A simple vista lo primero que se intuye es que se trataría de una acusación a la Iglesia de insensibilidad ante el problema de la pobreza: ¿cómo es posible que la Iglesia viva con tantas riquezas cuando hay tantos pobres en el mundo? Esta acusación se presentaría como hecho que desacreditaría a la Iglesia en cuanto tal: es decir, una institución que vive semejante hipocresía (decir que ama a los pobres, mientras está llena de riquezas que no pone al servicio de los mismo) no sería digna de ser tomada, en cuenta ni creída, ni aceptada. Esta sería una de las mayores vergüenzas de la Iglesia, ante la cual no habría defensa ni explicación posible.

2. Lo real ¿De qué riquezas estamos hablando?

Seamos serios, que alguien aporte datos. Si se da por supuesto que en el Vaticano hay grandes tesoros que se diga ¿qué tipo de tesoros? ¿Joyas, cuentas bancarias…? ¿Dónde están? ¿Cuánto es su valor? Pero uno comienza a preguntarse, ¿acaso alguien considera a la Iglesia como una institución millonaria? ¿Quién pensaría encontrar obispos en las revistas con listas de millonarios tipo Fortune? ¿Tiene la Iglesia fines de lucro? ¿Da dividendos…? ¿Cotiza en bolsa?

La acusación, de entrada, sugiere cosas falsas: la vida lujosa del Papa, obispos, curas, monjas, etc., que serían quienes usufructuarían de esos tesoros. Afán de lucro escondido bajo la excusa de la religión… Además estimula imaginaciones frondosas: al hablar de "tesoros" uno imagina cuartos llenos de lingotes de oro, cofres llenos de joyas, películas de piratas…

Pero en la realidad, ¿a qué "riquezas" se refieren? Basta que mires las pertenencias de la Iglesia que están a tu alcance -tu parroquia, tu catedral…- para no encontrar cosas lujosas por ningún lado.

Los "tesoros" -como los llaman- son un tesoro cultural, espiritual, histórico, pues se trata de iglesias, imágenes, cuadros, frescos, cálices, ornamentos, … Esos "tesoros" no tiene ningún valor comercial, ni financiero. Están dedicados al culto divino en iglesias o expuestos en Museos que conservan el patrimonio cultural de dos mil años de cristianismo.

3. ¿Una solución al problema de la pobreza?

Desde el punto de vista económico…y si rematamos todo ¿qué pasa?

Antes de entrar en el problema de fondo y demostrar que estamos frente a un debate artificial y sin sentido… detengámonos a considerar el tema desde el mero punto de vista utilitario: lo inútil de una supuesta venta del Vaticano.

Porque el anónimo acusador insinúa que la Iglesia debería deshacerse de todo… para el bien de los pobres… y de los millonarios que participarían del remate… Bueno, hagamos números. ¿Cuánto representa en plata todo lo contenido en el Vaticano? No tengo ni idea… pero digamos ¿cien millones de dólares? ¿Mil? ¿Diez mil?… ¿Qué es eso para el problema del hambre o del subdesarrollo? ¿Alguien de buena fe puede pensar que sería una solución real para los problemas de los pobres? Si se vendiera todo… ¿a cuántos ayudaría durante un día? ¿Serviría para algo? ¿No sería más bien un empobrecimiento inútil de la Iglesia… (lo que en realidad estarían deseando los acusadores… aunque se contentan con sembrar desprestigio con argumentos sentimentales y vacíos de valor racional)?

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En realidad, desde el punto de vista económico, el sólo hecho de plantear el problema de las riquezas del Vaticano es algo prehistórico, ya que hoy en día la riqueza no está dada por la propiedad de algunos terrenos o piezas de museo sino por marcas (¿cuánto valen los logos de Mc Donald, Shell, Coca o Telefonica?), acciones en Bolsa, etc. Y de este género de riqueza -la que es real riqueza hoy- la Iglesia no tiene nada (ni siquiera tiene la Biblia patentada…).

Cualquier Estado del mundo con un pequeño porcentaje de su presupuesto anual podría posiblemente aportar mucho más que la venta total de todo el Vaticano, territorio incluido.

Además, el problema de la pobreza no se arregla con una donación: es un problema de desarrollo y requiere un flujo permanente de recursos. Por ejemplo, ¿de qué serviría la donación de un hospital a un país que no contara con recursos para mantenerlo, pagar sueldos, comprar medicinas…? Hacer funcionar un hospital en no mucho tiempo es más caro que el hospital mismo… La deuda externa argentina ha llegado a los 250 mil millones… Si se tratara de vender todo lo que existe en Argentina para pagarla… no alcanzaría… Esto muestra que nadie puede seriamente proponer que vendiendo cuatro imágenes, tres iglesias y unos cuadros… se podría arreglar algún problema de pobreza.

Es como proponer que le vendamos a los ingleses las Malvinas a cambio de una disminución de la deuda externa… No creo que los mexicanos sientan mucha felicidad cuando piensan que vendieron Texas a los Estado Unidos… Desprenderse de la tierra que contiene la propia historia y valores artísticos y culturales… no es un gran negocio para nadie. La pérdida del patrimonio cultural conduce a la pérdida de la propia identidad.

4. El patrimonio de los pobres …

Además, contrariamente a lo que la acusación sugiere, las supuestas riquezas de la Iglesia son patrimonio de los pobres, que lo sienten como suyo, porque realmente lo son.

Un botón de muestra. Cuando Juan Pablo II hizo su primer viaje a Brasil, después de una ceremonia salió del protocolo, se metió en medio de una favela y visitó una familia. Conmovido, les dejó de regalo su anillo de Papa. ¿Vos pensás que fueron lo suficientemente idiotas como para venderlo por su peso en oro y comprarse unas cocas…? Es su tesoro, lo conservan en la capillita de la favela. Los pobres son pobres, pero no tontos…

¿Y qué pobre argentino no se siente orgulloso de la basílica de Luján? ¿Acaso preferiría vendérsela a los musulmanes para que la transformen en una mezquita y que el fruto de la venta se reparta entre los pobres argentinos a los que tocaría quizá menos de un peso a cada uno… para comprarse un "choripán"? ¿Pensás que sería un buen negocio para los pobres?

Nunca he escuchado a un pobre quejarse de supuesta riqueza de su parroquia o capilla… en cambio los he visto trabajar y sacrificarse duramente para mejorarla. Son los que con más orgullo muestran sus "tesoros".

Además, la experiencia también enseña… En los ´60 y ´70 hubo algunos sacerdotes que, quizá víctimas de esta acusación, vendieron imágenes, cálices, custodias… ¿Qué pasó con el fruto de su venta? Lo único claro es que no existe más… ¿Alguien puede pensar que esos cálices están mejor en vitrinas de las casas de los ricos que en un altar de cualquier iglesia?

5. ¿Por qué la Iglesia tiene bienes?

Yendo al fondo de la cuestión. ¿Cuál es el problema de los supuestos tesoros vaticanos? ¿Es malo que la Iglesia tenga bienes? ¿Qué conserve obras de arte? ¿De dónde los saca? ¿A quién perjudica el tenerlos? ¿Es acaso contrario a la enseñanza de Cristo?

En realidad no existe ningún problema. Basta recordar el elogio de Jesús a María por haber derramado un perfume carísimo sobre sus pies y a la viuda que puso todo lo que tenía como limosna al templo. Es más, es lógico que necesite bienes materiales. Como no está compuesta sólo por ángeles, para enseñar a la gente el camino al cielo necesita edificios, bibliotecas, computadoras, autos… Para dar culto a Dios necesita templos, altares… Para ayudar a la piedad necesita imágenes, libros… Para enseñar a las gentes necesita escuelas, universidades… No parece que en estos dos mil años la Iglesia se haya dedicado a acumular dinero: esos "tesoros" acumulados en dos mil años de donaciones… son objetos de culto, etc. Normalmente quienes han cuidado de esos bienes han sido personas que vivieron voluntariamente la pobreza, que dejaron todo por seguir a Cristo, que no han tenido nada de patrimonio personal.

¿Qué bienes tiene la Iglesia? Los que juzga necesarios para el cumplimiento de su misión, que es de orden exclusivamente espiritual.

Si lees la Sagrada Escritura descubrirás que la magnificencia del culto divino es un mandato que la Iglesia ha recibido de Dios. Tratando de dar a Dios cosas buenas… está siendo fiel a lo que su Señor le ha pedido. La tan vapuleada riqueza está compuesta por cosas que no se guardan con avaricia, sino que se usan en el ejercicio de la misión de la Iglesia. Por ejemplo, anualmente por la basílica de San Pedro pasan cuatro millones de peregrinos…, se celebran veinte mil misas, hay ochenta ceremonias solemnes… de las que unas treinta son presididas por el Santo Padre… O sea que tiene un uso bastante más intenso que la cancha de River… ¿Te parecería razonable vender la Pietá de Miguel Angel y poner en su reemplazo una copia plástico inflable para que la gente le rece?

Por otro lado los cuida, los usa y les saca el jugo bastante bien. La Basílica de San Pedro tiene 500 años… lo que mostraría que está bastante amortizado… que fue una idea genial hacerla con buenos materiales… que la hacen tan barata a largo plazo…

Por otro lado, la acusación parece sugerir una conexión entre las "riquezas" y la pobreza de los pobres. Pero, no hay relación alguna entre la belleza de la Basílica de San Pedro y la pobreza de una villa de Buenos Aires… Creo que es suficientemente claro que la primera no es la causa de la segunda. Por tanto no veo porqué conectar ambas cosas. Carece de sentido hacerlo. El problema es inventado, no es real.

Si se fuera coherente con el planteo, ¿porqué no poner también en tela de juicio al Islam y las mezquitas; el judaísmo y las sinagogas… y hasta el edificio del congreso, la casa rosada, todos los museos, los Mc Donalds, shopping centers, el parque de la costa, los boliches… en fin, con todo lo que no sea un rancho miserable?… Y comenzando por tu propia casa: ¿cómo podés vivir ahí mientras haya gente que se muere de hambre? Este cuestionamiento carece de sentido. ¿Porqué podría estar mal que la Iglesia tenga templos lindos? ¿Qué aportaría a la bondad de la Iglesia la fealdad y la pobretería?

6. ¿Es necesaria la belleza? ¿la historia?

Como los "tesoros" de los que se habla son básicamente artísticos y forman parte del patrimonio histórico de la Iglesia, parece necesario plantearse si la belleza es buena o mala, si tiene alguna función en la vida humana.

Definitivamente, la belleza mueve al espíritu. Eleva del materialismo… Hace un gran bien al alma. Rezar frente a una imagen linda inspira, eleva el alma. Como criaturas espirituales, el arte es una de las manifestaciones más altas del espíritu humano. Nos eleva y dignifica.

La historia es parte de nuestro ser: a través de la obra de quienes no precedieron -su arte, trabajo, etc.- entramos de alguna manera en comunión con ellos. Necesitamos permanecer unidos a nuestras raíces, a nuestros antepasados en la fe… y el cuidado de lo que nos legaron cumple una misión muy importante al respecto.

Los museos vaticanos muestran que la Iglesia siempre ha fomentado la cultura y todas las manifestaciones del espíritu humano, llegando a ser en ciertos casos la mejor protectora del arte, la ciencia y la cultura. La historia humana le debe mucho al respecto, ya que ha protegido el patrimonio cultural de las ochenta generaciones que nos separan de la época de Cristo.

7. ¿Y en cuanto a la legitimidad de esas propiedades…?

Parece al menos curiosa la pretensión de disponer de bienes ajenos. Es decir, ¿quién es el que critica y ataca para decidir qué debería hacer la Iglesia con sus bienes (bienes que evidentemente no pertenecen al acusador)? Porque en el fondo, los bienes que causan tanto escándalo son una propiedad legítima de una institución con dos mil años de historia. No han sido robados ni saqueados, como por otro lado sí lo han sido muchos de los tesoros históricos, artísticos y culturales de los más grandes museos del Mundo como el Louvre, el Británico… (Cualquier duda preguntá a los franceses por los "regalitos" que Napoleón les llevó de Egipto o los "recuerdos" que los ingleses se llevaron del Partenón…). En este caso, han sido fruto de donaciones explícitamente hecha para ese fin: gente que ha donado sus propios bienes para que fueran usados para el culto divino, la educación, la formación del pueblo fiel, el Santo Padre, etc. Es decir, su legitimidad está fuera de toda duda.

8. Pero, al final, la Iglesia ¿hace algo por los pobres?

Lo más curioso e insostenible de la acusación, es la insinuación de inacción frente al problema de la pobreza.

Te desafío a buscar una institución que haya aportado tanto bien al mundo -y si queréis, en particular a los pobres- como la Iglesia Católica. Si bien su fin es espiritual -la salvación de las almas-, ninguna institución con fines temporales podría haber representado tanto bien desde el mero punto de vista humano.

No te olvides de quién "inventó" los hospitales y universidades. Quién promovió la educación a través de los siglos. Quién luchó contra la esclavitud. Quién se ha dedicado a atender a los minusválidos, a los huérfanos, inmigrantes, moribundos, leprosos, chicos de la calle… Quién atiende la mitad de los enfermos de SIDA que hay en el mundo… Una visita al Pequeño Cotolengo Don Orione no te vendría mal. O a algún comedor infantil de alguna villa, o a algún hogar de la Madre Teresa, o cualquier local de Caritas parroquial, o … En nuestro país, a la hora de catástrofe naturales, la única institución fiable para repartir ayudas es Caritas… la gente no confía en nadie más.

Algunos datos. Veamos la contabilidad del objeto del ataque de las riquezas del Vaticano. El presupuesto anual de la Santa Sede es de 145 millones de dólares. A esto se debe añadir el Óvolo de San Pedro: 60 millones que se destina enteramente a obras de caridad y ayuda a necesitados. Es decir, estamos hablando de una institución que destina el 29,26% de sus ingresos brutos sólo a obras de caridad… No contemos los millones de dólares que instituciones católicas (muchas pertenecientes a Conferencias Episcopales) dan de ayuda al los países pobres: Adveniat, Ayuda a la Iglesia Necesitada, Manos Unidas, y un largo etc.

Busca una institución que hoy haga más por los pobres que la Iglesia Católica. ¿No parece una burla esta crítica a la institución que -por lejos- hace más por los pobres? La lista de las labores asistenciales de la Iglesia Católica es realmente impresionante: tiene 5.900 hospitales, 16.700 dispensarios, 700 leprosarios, 12.600 hogares de ancianos, 19.500 orfanatos y guarderías, 11.500 centros de orientación familiar, 11.600 centros de educación especial y 44.500 centros asistenciales. Un total de 123.000 instituciones de asistencia en todo el mundo (cfr. “La Iglesia Católica”, de Pedro Brunori, Ed. Rialp, España).

En resumen y como conclusión: el cuestionamiento es ridículo.

¿Hay alguna relación entre las obras de arte de los Museos Vaticano y las imágenes de las iglesias con la pobreza? La respuesta no admite ninguna duda: ¡NO!

1. No existe una relación causal. Los primeros no son la causa de la segunda.
2. Si el Vaticano no existiese, la situación de los pobres sería peor, porque desaparecería el mayor benefactor de los necesitados.
3. La existencia de bienes artísticos y religiosos, ¿afecta de alguna manera la pobreza? No, en absoluto.
4. ¿Es ofensivo? En el sentido que sería una cachetada a la pobreza… No, a los pobres también les gustan la cosas lindas y gozan con ellas.
5. ¿Es verdad que la Iglesia tenga grandes tesoros económicos en la actualidad? No.
6. Si se vendiese todo lo que tenga algún valor, ¿mejoraría la situación de los pobres del mundo? No afectaría en lo más mínimo la situación económica de los pobres.
7. ¿Es quizá una muestra de indiferencia ante el problema de la pobreza? En absoluto, ya que el trabajo de la Iglesia en favor de los pobres está absolutamente fuera de duda.
8. ¿El mantenimiento de esos bienes no supondrá gastos extraordinarios que podrían destinarse a la lucha contra el hambre? No, porque se auto-mantiene con el valor de la entrada a museos… y contratos como los que facilitaron la restauración de la Capilla Sixtina sin poner un peso.
9. ¿Se invierten actualmente grandes sumas de dinero en incrementar esos bienes? No, es el fruto de dos mil años de cristianismo… Esperemos que nosotros sepamos dejarle a nuestros descendientes algo de valor y buen gusto.

Me parece que en está página queda suficientemente demostrado, que las supuesta riquezas del Vaticano, no representan ningún problema real ni amenaza para los pobres. Es más, que la tan mentada crítica es una tomada de pelo. Una burla que no resiste el más elemental análisis racional. Usar a los pobres para atacar a la Iglesia es, al menos, una broma de mal gusto… Y más todavía que sea hecho por quienes nunca han hecho nada por los pobres…"

Publicado por "Sepa Defender su Fe Católica



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lunes, 21 de agosto de 2017

Memoria del Papa San Pío X

Memoria del Papa san Pío X

Hasta las recientes canonizaciones de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II, era el último Papa santo. 
Su fecundo y luminoso ministerio petrino se centró en "restaurar todo en Cristo" particularmente en la disciplina sacramental, litúrgica y doctrinal; pues luchó sin miramientos contra los errores modernistas que a principios del siglo XX querían infestar el orbe cristiano. 
Tuvo una gran devoción a la Santísima Virgen y al rezo del rosario, cuya práctica promovió incansablemente; facilitó la comunión eucarística permitiendo que los fieles comulgaran con más frecuencia y que los niños pudieran comulgar a edad temprana, de ahí que se le conozca como el papa de la Eucaristía. 
Promovió el canto gregoriano, impulsó los coros litúrgicos, modificó el Oficio Divino para que los sacerdotes fueran más fieles a él, y dio siempre testimonio esplendoroso de fidelidad a la verdad de la Doctrina de Cristo. Sin confundir pobreza y humildad con mal gusto y ordinariez, fue verdaderamente pobre y humilde hasta su muerte.

Que este santo pontífice ruegue hoy por la Iglesia que tanto amó mientras la gobernó.

Escrito por el Señor Alejandro Usma Días.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Colombia: Sobre el Proceso de Paz Monseñor Libardo Ramírez Gómez

Monseñor Libardo Ramíres, Obispo Emérito de Garzón.
"El argumento fundamental para aprobar a toda costa el acuerdo de paz que se pretende firmar entre el Gobierno de Santos y las Farc es el de terminar 60 años de derramamiento de sangre por la acción de ese grupo guerrillero. Esto es algo que se anhela, y oponerse a ello, lo muestra el Presidente como algo “irracional”. Tendría razón si ese “a toda costa” no pusiera en el fiel de la balanza graves interrogantes sobre concesiones que se quieren dar a quienes han perpetrado crímenes atroces, no reconocen la gravedad de esos hechos y se ufanan de haberlos realizado bajo el amparo del “derecho a la rebelión”.
Allí está el punto de reflexión ante Dios y ante la patria. Es preciso ponderar un bien tan grande como es la paz, pero hay que sopesarlo con las concesiones que se hagan a unos violentos no contritos. A quienes se quiere perdonar su pasado, cualquiera que fuere, y blindarlos para que no sean perseguidos por la justicia. Se quiere darles anticipada absolución de sus crímenes catalogando todo como “delitos políticos no punibles”.
Rechazar verdaderos caminos de paz con arrepentimiento de crímenes y de abusos que se hayan cometido, reconciliación con clara garantía de no volver al pasado criminal, aceptación de principios de verdadero progreso social como los enseñados por el cristianismo y acogidos en la Constitución de Colombia de 1991 sería algo, ciertamente, “irracional”. Si se hacen acuerdos con respeto a la Carta Magna, sin modificaciones precipitadas, rechazar algo basado en esos cimientos insustituibles sería algo verdaderamente “irracional”. Pero creer que se construye verdadera paz sin esas bases inconmovibles, es buscarla sobre piso deleznable que llevará, sin duda, a impensables desastres.
Colocar en el fiel de la balanza el bien de la paz, con sus innumerables beneficios en lo social y lo económico, y las concesiones que minarían ese resultado, puesto que conducen claramente a situaciones de anarquía y dominio de impenitentes sustentadores de ideas materialistas y anarquistas, es lo que debemos ponderar serenamente. Hay que adelantar procesos de paz, pero bien cimentados, con decisión clara de proscribir métodos violentos, de aceptar responsabilidad de crímenes, responder ante la justicia por ellos, contribuir a la reparación de las víctimas y entrar a contiendas electorales sin privilegios, acudiendo a voto popular realmente libre. De lo contrario, si se firma sin esas bases con un grupo y quedan vivos los otros y bien fortalecidos, estos seguirán pidiendo los mismos beneficios como condición de nuevos tratados de paz.
Hay que aceptar que no estar de acuerdo con el giro que va tomando lo que se va pactando en La Habana no es oposición irracional a la paz, sino patriótica advertencia de evitar ir por un camino que lleve a la prolongación de la guerra. Hay que aceptar que la oposición al proceso que se viene adelantando no es simple capricho personal frente al presidente Santos ni ante la verdadera paz, sino una manera de caminar cuando no se vislumbran claros horizontes. Es imposible, por ello, llegar a acuerdos cuya condición sea plegarse a condiciones inaceptables bajo el chantaje de volver a una guerra fiera en campos y ciudades. No es sensato pedir rotundamente un no sin conocer el texto definitivo de los acuerdos, pero pedir votar ciegamente por un sí, en estas circunstancias, con una campaña a todo timbal por el Gobierno, es algo precipitado e irrespetuoso con la Nación. Serenidad, claridad y firmeza en no aceptar condiciones que lleven a perpetuar la guerra; esto es defender racionalmente una verdadera paz".


Monseñor Libardo Ramírez Gómez
*Obispo emérito de Garzón
monlibardoramirez@hotmail.com

Fuente: Noticias El Tiempo

jueves, 14 de julio de 2016

México: No teman abandonar el culto a la "santa" Muerte


No teman abandonar el culto a la "santa" Muerte
Afirma exorcista en México
No hay que tener miedo a escapar de sus garras, lo sabemos gracias a la Palabra de Dios.


Engañados con la idea de que la adoración a la Santa Muerte está relacionada con la fe católica, algunos fieles, bajo la promesa de que recibirán numerosos beneficios al rendirle honores, se inician en el culto de su veneración; adquieren dijes, estampillas y pinturas que la representan; figuras de yeso que colocan en un altar; le llevan ofrendas para mantenerla contenta, e incluso hay quienes llegan a tatuársela.

Sin embargo, suele suceder que al tiempo, ya por enterarse de que esta imagen nada tiene que ver con Dios, ya porque su vida sólo ha empeorado desde que comenzaron a adorarla, desean abandonar el culto; pero aquí se les presenta un gran problema: sus iniciadores les han advertido que de no guardarle lealtad absoluta, recibirán severos castigos. ¿Qué se le puede decir a una persona que se halla en esta situación tan tormentosa?

El Padre Jil Portilla, exorcista para la II Vicaría de la Arquidiócesis de México y especialista en el tema, habla al respecto en la revista mexicana Desde la fe. Señala que muchísima gente ha sido engañada con el rito de la adoración a este idolillo de la muerte, que en realidad no es ninguna santa; han caído en esa trampa de que recibirán de esa imagen numerosos favores -puntualiza el exorcista-, sólo por rendirle culto, creándole un altar en el que habrán de colocarle flores y alimento; sin embargo, les advierten que de renunciar a ella, caerá sobre ellos su venganza.
Señala Portilla que mucha gente, queriendo remediar sus problemas, acepta esa condición, sin saber que quien realmente se esconde detrás de esa imagen es el diablo, quien los ha comenzado a atormentar; cuando esto sucede, con frecuencia desean abandonar su culto, pero tienen miedo de renunciar a él por temor a sufrir las consecuencias. No obstante, señala el sacerdote, nadie debe temer a renunciar a ese idolillo mal llamado "Santa muerte"; es verdad que el demonio enfurece cuando alguien ya no le da culto a sus obras y busca asustarlo para que no renuncie e sus engaños, pues su intención es llevarlo al infierno del sufrimiento. Para no tener miedo a escapar de sus garras, tenemos como fundamento la Palabra divina: 
"el Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo (1 Juan 3:8)";
·       "Todo aquel que invoque el nombre del Señor se salvará… (Romanos 10:13)";
·         "Sométanse, pues, a Dios, resistan al diablo y huirá de ustedes (Santiago 4:7)"; "…
·         el diablo, como león rugiente, anda buscando a quién devorar, resístanle firmes en la fe… (1 Pedro 5: 8-9)".

Así que si alguien invoca el nombre de Jesús, Él lo defenderá de todas las obras del diablo, señaló el P. Jil Portilla. Agregó que en cuanto a los que se tatúan la imagen de la Santa Muerte han cometido dos faltas; la primera, tatuarse, pues el libro de Levítico establece esa prohibición, ya que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo; y la segunda, gravarse esa imagen, la cual deben quitarse de alguna manera, sin miedo, buscando pacientemente una forma de hacerlo, pues de seguir llevándola naturalmente continuarán sintiendo incomodidad.
Dijo que en lo referente a las imágenes que se hayan adquirido de ella, deben destruirse como todo objeto de superstición, rociándoles agua bendita, pidiendo al Señor su protección y rezando un Padre Nuestro y un Ave María para echar fuera el miedo a la venganza del maligno y quebrantar sus acechanzas; jamás deben tirarse enteras a la basura, para no correr el riesgo de que los recolectores se sientan tentados a tomarlas o les ocasione algún temor.

Asimismo, el P. Jil Portilla señaló que quienes aún piensan que el culto a la Santa Muerte está permitido por la fe católica, deben saber que Dios no es el autor de la muerte, lo cual señalan claramente las Sagradas Escrituras de las siguientes maneras: … Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo hizo a imagen de su mismo Ser, pero la muerte entró en el mundo por envidia del diablo y la experimentan sus secuaces… (Sabiduría 2: 23-24); No busquen la muerte con los extravíos de su vida, no se atraigan la ruina con las obras de sus manos; ni fue Dios quien hizo la muerte ni se recrea en la destrucción de los vivientes (Sabiduría 1:12-13), y la más convincente: por tanto, así como los hijos participan de la sangre y de la carne, así participó Él (Jesucristo) de las mismas para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir al diablo, y liberar a cuantos por temor a la muerte estaban de por vida sometidos a la esclavitud… (Hebreos 2:14-15).

Así que nadie debe engañarse, quien le da culto a la "Santa Muerte" le da culto a las obras del diablo; es decir, que no se debe relacionar a la fe católica con ese culto, finalizó.

Por: | Fuente: www.portaluz.org

domingo, 8 de mayo de 2016

En el vientre de una mamá habían dos bebés.

En el vientre de una mamá habían dos bebés... 
Uno preguntó al otro: "Tu crees en la vida después del parto?" El otro respondió: "Claro que si. Tiene que haber algo después del parto. Tal vez estamos aquí para prepararnos para lo que vendrá más tarde" "Tonterías", dice el primero."No hay vida después del parto. Que clase de vida seria esta?" 
El segundo dice: "No lo se, pero habrá más luz que la hay aquí. Tal vez podremos caminar con nuestras propias piernas y comer con nuestras bocas. Tal vez tendremos otros sentidos, que no podemos entender ahora." El primero contestó: "Eso es un absurdo. Caminar es imposible. Y comer con la boca!? Ridículo!. El cordón umbilical nos nutre y nos da todo lo demás que necesitamos. El cordón umbilical es demasiado corto. La vida después del parto es imposible." El segundo insistió: "Bueno, yo pienso que hay algo y tal vez sea diferente de lo que hay aquí. Tal vez ya no necesitemos de este tubo físico."

El primero contestó: "Tonterías, además, de haber realmente vida después del parto, entonces por qué nadie jamás regreso de allá? El parto es el fin de la vida y en el pos parto no hay nada más allá de lo oscuro, silencio y olvido. Él no nos llevará a ningún lugar. "Bueno, yo no lo se", dice el segundo "pero con seguridad vamos a encontrarnos con Mamá y ella nos cuidará." 

El primero respondió: "Mamá, tu realmente crees en Mamá? Eso es ridículo. Si Mamá existe, entonces, dónde está ella ahora?" El segundo dice: "Ella está alrededor nuestro. Estamos cercados por ella. De ella, nosotros somos. Es en ella que vivimos. Sin Ella, este mundo no sería y no podría existir." Dice el primero: "Bueno, yo no puedo verla, entonces, es lógico que ella no existe." El segundo le responde a eso: "A veces, cuando tú estás en silencio, si te concentras y realmente escuchas, tú podrás percibir su presencia y escuchar su voz amorosa allá arriba."


Así es como un escritor húngaro explicó la existencia de Dios...

Virgen María, Inmaculada y Milagrosa Madre de Dios y Madre de los pecadores, protege a todas las madres del mundo y derrama tus gracias sobre cada familia.

viernes, 22 de abril de 2016

Si Dios existe, ¿Por qué no actúa ?

¡Salve María!
Y no es que solo vemos lo que pasa a nivel politico o gubernamental en nuestros pais... eso ya se sale de los conceptos de "existencia" filosofica. Vivimos (o por lo menos tratamos de vivir...) en un pais que "existe" de milagro; y esto ya es una prueba de la existencia de Dios. Que cosita cierto?
Ahora bien, sucede que en nuestro diario vivir la existencia de Dios la fundamentamos en nuestra vana y superficial conveniencia: Si me va bien: gracias a Dios!; y si me va mal y vivo salado para todo: Dios no existe o se olvido de mi... francamente! a donde hemos llegado por Dios que condicionamos la existencia de Él a partir de lo que pasa en "nuestro pellejo".
 
Que egoismo tan dramatico, exagerado y lunatico! Perdón pero es que me da coraje hasta conmigo mismo pues estas cosas pasan por la cabeza de cualquier ser humano y hasta por la cabeza de los que la llevan de adorno (me refiero a la que llevan la cabeza de adorno...)
(y el problema no está en que pase por las cabezas... el problema está cuando consentimos en esta seudorealidad existencial!)

También llegamos a ser tan ocurrentes que nos olvidamos que también puede pasar lo siguiente:

¿O resulta que su forma de actuar es distinta a nuestra conveniencia?
 
¿O será que actúa y no nos damos cuenta de que es Él?
 
¿O es que espera a que demos alguna señal de vida espiritual o de confianza filial?
 
¿O será que los que nos decimos creyentes y cristianos pasamos de largo como si la cosa no fuera con nosotros?
 

Y si el asunto deriva en tragedia las preguntas le echan en cara a Dios lo que ha sucedido:
Si existes ¿cómo puedes permitir esto?
 ¿Cómo puedes dejar de Tu mano a tantas personas?
 
¿Eres un ser cruel o un Padre?
 ¿Te importamos de verdad o nos dejas desvalidos y te diviertes con nosotros como si fuéramos unos juguetes rotos? Dios es el culpable. Si existe, claro. Las preguntas insisten, se reiteran millones de veces: ¿Cómo puedes permitir, siendo Dios, estos desastres naturales, por más sobrenaturales que sean los motivos? ¿Por qué no los paras, por qué no detienes Tu mano? ¿Por qué actúas así, con tanta saña?

Pero Dios actúa, ya lo creo que actúa. Su gracia se extiende por las almas, llama, perdona, reactiva, enciende, insiste y conspira para "emboscarnos" en su amor... y  nosotros:  nada de nada, pues hasta de estas tacticas divinas de enamoramiento logramos escaparnos.

Pero lo que en realidad sucede es que Dios no actúa sólo cuando a nosotros nos conviene o según pensamos que podría ser lo más adecuado. Su Amor sigue obrando milagros y pronunciando las bienaventuranzas. Su Amor sigue resucitando a los muertos, que hieden por el pecado. Su Amor sigue siendo omnipotente y sigue estando a nuestro lado, tan misericordioso como siempre. Se supone. Entonces, ¿qué le ocurre a Dios? ¿Se ha vuelto loco? ¿Cómo se entiende todo este cúmulo de desastres? El mundo parece huérfano, y anda angustiado e incrédulo. Trémulo, cariacontecido. Incrédulo de Dios porque de lo demás se lo cree todo. Lo que sea. Desde un mitin político a la magia negra. Un mundo descorazonado, perdido en disquisiciones que no llevan a ningún lado. Un mundo disfrazado en un constante carnaval de mentiras. Si Dios es Dios ¿por qué no actúa un poco más a la vista? Que haga el definitivo milagro, y nos libre del dolor “innecesario”; de la muerte, de la guerra, del hambre. Que dé de beber a los millones de sedientos con agua potable, y se deje de tanta espiritualidad. Eso ya vendrá luego.

Y así. Es como si para la gente Dios no diera una a derechas, y quisiéramos indicarle que se equivoca y que de esa otra manera podría ser mejor. Que se adecue Dios un poco, vamos, que ceda. Por eso ante el misterio de las hecatombes, ante la palpable muestra de nuestra nada, todo esto se intensifica. ¿Por qué, por qué, por qué? ¿Por qué puede permitir Él, que es Amor, unas calamidades semejantes, un sufrimiento tal? “Bendice alma mía al Señor”, reza alguien. Y otros, rabiosos, le tildan de sádico. Por decir que no quede. Lo que no saben es que Dios hace milagros constantemente. El primero mantenernos en la vida (dio la Suya a cambio), y respetar nuestra libertad, y esperar hasta el último momento nuestra respuesta… Y consuela millones de corazones, y sana, y habla. Pero Su lenguaje tiene infinitos registros. ¿No están ustedes un poco con la mosca detrás de la oreja? No quisiera ponerme excesivamente trascendental e impertinente. Sólo lo justo. Y mucho menos apocalíptico. Pero en un plazo de tiempo no muy largo estamos teniendo terremotos especialmente fuertes, tsunamis devastadores, inundaciones, corrimientos de tierras, tornados, vientos fortísimos, etc. Para muchos será obra del clima: algo anda mal, el hombre algo está haciendo muy mal (y no les falta razón); para otros es cosa de ciclos o de la casualidad, sin más; y para los que creemos en la Providencia ordinaria y extraordinaria todo responde a una lógica divina.

No hay nada más natural que lo sobrenatural. Dios ejerce de Dios. Dios ejerce de Padre, y tutela y perdona y se rodea cada día de millones de hijos pródigos. Pero también inspira y avisa. Soy de los que piensa que necesitamos de cuando en cuando que se nos zarandee un poco -o un mucho- las almas, para que despertemos de la modorra interior, del pasmo, de la abulia, del tedio, de la tibieza. Y permite hechos que nos parecen incomprensibles y “excesivos”. Pero Su justicia va a la par de Su misericordia. No podemos pensar que Dios permanezca indiferente en una sociedad de hombres no precisamente justos. ¿Quién se acordaba de Haití? Es más, una vez pasado el primer desconcierto y demás ¿quién se acuerda de Haití? Es un ejemplo. La Virgen avisó también desde Lourdes y desde Fátima de lo que podría pasar si los hombres no dejaban de pecar, de adorar a Satanás con sus obras. Y llegaron las dos guerras mundiales, y por un estricto odio a Dios llegó la Guerra Civil española (menos cuentos) y el Holocausto, los gulags y hasta la situación de orden publico en Colombia, la corrupción de algunos dirigentes sociales y según lo que dicen por Ahí... hasta los segundos mandatos... Y seguimos en las mismas: Dios no existe o tiene la culpa de todo lo que nos estorba. Francamente!!!

Dios actúa, ya lo creo que actúa. La paz es Su paz, se pongan como se pongan los capitostes del rencor y del odio. Dios vela por la Historia y vela por TODAS las almas, personalmente. Y estas catástrofes naturales que está padeciendo el mundo deberían servirnos para sacar algunas conclusiones, para despejarnos el alma de sandeces. Hay cosas que no podemos controlar, pero muchas otras sí, sobre todo nuestra elección en cada momento. Podemos elegir la verdad y el bien. Si el hombre no hace lo posible por mejorar, por salir de su egotismo enfermizo, el mundo tampoco mejorará. Si los desastres de la naturaleza asustan, más nos debería asustar la desolación de las almas. Estamos a tiempo de cambiar. Cada uno.
 
Y entonces cual es la moraleja?
Pues le rezamos y nos abandonamos en las manos de ese Dios que "existe" o no llegamos a ningún mañana.
Virgen de Fátima, ruega por nosotros!!!

Prometiendo oraciones por sus intenciones,
In Domina,
Hno. Camilo A. Gálvez L.
Heraldos del Evangelio
Medellín - Colombia


martes, 1 de diciembre de 2015

Un Sacerdote con una historia interesante.

Practicó hipnotismo, control mental, adivinación... Pero hoy es sacerdote y ayuda a la gente a evitarlo.

El padre Pavol Hucík es uno de los mayores expertos en ocultismo de Eslovaquia, con la particularidad de haber conocido ese mundo oscuro por dentro y en profundidad.

Compatibiliza su servicio como párroco en la pequeña ciudad de Bystrany con un servicio de "liberación" para ayudar a las personas esclavizadas y oprimidas por lo esotérico o mágico, e imparte charlas y seminarios, para jóvenes y mayores, advirtiendo de sus peligros. Él estuvo "allí dentro" y no niega su poder... ni su maldad.

Con la democracia, un "boom" esotérico Pavol nació en una familia de valores católicos en 1975. En 1989, cuando cayeron el Muro de Berlín y la tiranía comunista, Eslovaquia se llenó de literatura occidental hasta entonces prohibida o inaccesible, y eso incluía libros de ocultismo y esoterismo.

Con apenas 15 años, Pavol devoraba estos libros esotéricos, dedicándoles todo su tiempo y dinero: misticismos extraños, meditación trascendental, hipnosis, ocultismo.

Una vez aprendida toda la teoría, decidió ponerla en práctica una noche que estaba aburrido con un grupo de amigos, viendo la televisión en casa de ellos.

"Me senté en una esquina cerca de la puerta. Cerré los ojos, y empecé a meditar. No meditaba sobre Dios o las Escrituras. Pensaba en usar las fuerzas del subconsciente para hipnotizar a una amiga que se sentaba a mi lado, cerca de la puerta. No se lo dije a nadie, todo sucedía en mi interior. Después de un rato relativamente largo, abrí los ojos, y vi que mi amiga estaba dormida. Podía ser algo normal, así que la toqué y sacudí para ver si despertaba. Pero no lo hizo, no reaccionaba, estaba en una especie de estado inconsciente. Me asusté y volví a mi sitio, no quería que nadie se diese cuenta. Retomé la concentración, dando la orden contraria, quería despertarla. Por fortuna lo conseguí, y ella despertó".

El joven Pavol quedó entusiasmado ante lo que parecía un gran poder. Convenció a la chica para quedar con asiduidad y practicar con ella la hipnosis. Y funcionaba.

La atracción de la hipnosis.

"Después de algunas sesiones, podía hipnotizarla solo con contar a diez. Funcionaba incluso al aire libre, con frío. Funcionaba incluso cuando ella no quería. Una vez ella no quería reunirse conmigo. Simplemente le ordené que viniese. Al día siguiente, se presentó como habíamos quedado, comentando que no pudo controlar sus propias piernas, que, dijo, empezaron a moverse por sí solas".

Pavol experimentó con varias modalidades de hipnosis: por ejemplo, decía a su amiga que tal día a tal hora entraría en trance, y así sucedía. También la hacía dormir con un casete en el que resonaban sus palabras, y la chica solo despertaba cuando su hermana la abofeteaba.

Pasando a cosas peores.

"Cuanto más comes, más hambre tienes", explica Hucík. "Empecé a hacer cosas peores que la hipnosis". La lista es larga. Primero, magia "blanca" (algo que según la Iglesia y los exorcistas, no existe: la magia es, o un engaño, o una superstición que aleja de Dios, o, si pasan cosas inexplicables y poderosas, es acción demoniaca: no hay magia buena).

Influir a otros.

Pavol no era un chico devoto, pero sí se consideraba católico. De alguna manera pensaba que se trataba de "poderes" que Dios podía dar a algunos, como él. Y un poder, ¿no está para usarse? "Hice cosas malas como influir a otras personas" [con la hipnosis y el ocultismo]: que el profesor no le preguntase en clase, que el revisor no le pidiese el billete ("le hacía creer que ya lo había revisado, cuando la verdad es que iba sin billete").

Una "contra-fuerza" en el "nivel alfa".

Había un nivel de concentración "ocultista" llamada "nivel alfa", el nivel mental en el que se "hacen cosas". A él le servía, por ejemplo, para memorizar temas para la escuela. En ese "nivel alfa" podía influir a otras personas. Pero había algunas que parecían estar protegidas por una especie de "contra-fuerza".

Pavol sospechaba que quizá eran personas que también se dedicaban a lo oculto, que así generaban esa barrera, pero luego comprobó que no era así.

"Una noche, todo se aclaró. Intenté rezar estando en nivel alfa. No pude hacerlo. Era como pegarte con la cabeza en un muro. Era la misma sensación que tenía cuando no conseguía influir a una persona mediante prácticas ocultistas. Me pregunté qué tipo de poder era ese, que no podía superar. Y entonces, en mi interior, entendí que era el poder de Dios".

Pavol quedó "negativamente sorprendido", es decir, molesto: ¡él estaba en el lado malo, el lado anti-Dios! Por un lado, nunca había pretendido tal cosa, pero, pensó, ¿acaso se había detenido alguna vez a consultar a Dios sobre estas actividades, en escucharle a Él?

Primer paso: admitir la adicción.

Se acercaban los exámenes finales del instituto: no tenía tiempo para realizar más sesiones ocultistas, al menos por una temporada. Pero descubrió que se ponía nervioso, que deseaba volver a ejercer su poder sobre otros, algo que era ahora claro que estaba mal. "Me di cuenta de que sufría adicción al ocultismo".

En ese momento encontró el primer libro de espiritualidad cristiana que le ayudó: "Renovación en el Espíritu Santo", del teólogo y sacerdote eslovaco Jozef Vrablec (1914-2003). No era teoría árida, era un libro práctico y apasionado: incluía una oración al Espíritu Santo, y Pávol la rezó.

"En mi alma sentí algo nuevo, hermoso, y liberador. Era algo lleno de vida, y me traía un gran gozo. Era algo completamente distinto a lo que había experimentado en ejercicios de concentración o en meditaciones de vaciamiento según el yoga o las religiones orientales", explica.

Era la acción del Espíritu Santo, con sus dones: gozo, paz, sabiduría, guía...

Decisión final, en el seminario.

Fue "guiado por el Espíritu Santo" que aquel joven de unos 18 años entró en el seminario para ser sacerdote y servir a Dios. Aún en el primer año intentó mantener alguna relación con el mundo de lo oculto, pero se apuntó a un curso de Renovación en el Espíritu Santo, y en él se insistía a los participantes en que renunciasen a estas prácticas. Varios participantes de más edad ya lo habían hecho, y podían explicar a Pávol por qué era necesario e imprescindible para un cristiano. Así puso punto final a cualquier práctica oculta.

Pero no a su estudio teórico, esta vez desde el punto de vista cristiano. De hecho, su tesis de teología trató de ese tema: "La parapsicología desde el punto de vista del cristianismo". Con ella, pretendía compensar sus errores y quizá ayudar o prevenir a otras personas.

Ayudar a la gente dañada.

Como sacerdote joven, pronto descubrió que el ocultismo, los curanderos, adivinos y brujos estaban dañando a muchas personas, bien con meras estafas, bien introduciéndolas en lo esotérico. Además, muchas personas que según los psiquiatras estaban perfectamente sanas podían describir sus síntomas de opresión, oscuridad, presencias extrañas, voces. Pavol creía, acogía y entendía a estas víctimas del ocultismo, y decidió ayudarlas: darles consejo, estudiar su caso, orar por su liberación.

Y el primer paso a menudo es decir: "haz como hice yo, renuncia a todo lo oculto". "Cuando estas personas renuncian a las prácticas ocultistas y confían sus vidas a Jesucristo, sus pesadillas empiezan a desaparecer, dejan de oir voces y ver espíritus, se liberan de presiones internas y de sentimientos negativos", afirma.

"Así que Dios gradualmente me llevó a mi ministerio de liberación. Hoy le doy gracias por todo lo que experimenté y por el hecho de que puedo ayudar a las personas que fueron atrapadas y dañadas por los servicios misteriosos y frugales de la magia y el ocultismo".